Zacapoaxtla, Puebla. Durante una reunión con líderes naturales antorchistas de la Sierra Nororiental de Puebla, el dirigente de la Comisión Nacional Campesina de Antorcha, Eleusis Córdova Morán, denunció que, a más de dos meses del asesinato de Manuel Hernández Pasión, exedil de Huitzilan de Serdán, el Gobierno del estado de Puebla y la Fiscalía General del Estado no han detenido a los autores materiales e intelectuales del crimen en el que también falleció el escolta del presidente, Juventino Torres Melquiades.
Explicó que el cacicazgo es enemigo de la libertad y del progreso de los pueblos indígenas y que fueron esos caciques quienes orquestaron el crimen contra Hernández Pasión, para asustar a los huitziltecos y a los campesinos para que abandonen la lucha organizada.
Sin embargo, ha sucedido lo contrario: el pueblo organizado en Antorcha no sólo no se ha asustado, sino que ha consolidado su unidad y solidaridad.
“Estamos más unidos, más hermanados, más convencidos de la necesidad de seguir fortaleciendo a Antorcha; nuestros plenos (los líderes naturales de cada pueblo) son una prueba de lo que estoy diciendo. La muerte de Manuel nos debe indignar a todos los antorchistas y no antorchistas, a todos, porque el asesinato de Manuel busca acabar con las libertades, busca acabar con los deseos de superación de todos los pobres de México, como si nos dijeran tú no tienes derecho a nada y si quieres superarte te mato. Ése es el mensaje. Por eso, los pobres debemos indignarnos y trabajar para fortalecer a Antorcha”, expresó.
El líder de la Comisión Nacional Campesina de Antorcha estuvo acompañado por la líder antorchista en la región, Dánae Córdova Morán, por la viuda de Manuel, Beatriz González Hernández, e integrantes del comité seccional.
Eleusis Córdova recordó que Hernández Pasión se estaba convirtiendo en un líder auténtico y extraordinario, no sólo de los indígenas de Huitzilan, sino de los indígenas de muchos municipios de la Sierra Nororiental de Puebla.
“El cacicazgo mató a Manuel porque no quiere que la gente pobre se libere, quiere tenernos bajo su bota a todos, porque se sienten una clase superior y que nosotros los indígenas no servimos para nada. Esa es la idea del cacicazgo. Nosotros debemos razonar, responder con decisión y entender que tenemos derecho a la vida, a la justicia, porque son derechos del ser humano. Nada más que nadie no los va a dar por buena gente, debemos luchar”.
La única forma de parar el brazo asesino del cacicazgo es haciendo que Antorcha se desarrolle y crezca en la zona, y para ello se necesitan líderes buenos, decididos, entregados, que trabajen en organizar y luchar junto a suyos compañeros de clases para poder cambiar la situación de miseria en la que se encuentra el país.
Finalmente, llamó a los antorchistas a luchar para exigir que se haga justicia y que el crimen no quede impune.
Boletín.
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